viernes, 19 de julio de 2013

Detroit hace fallida

Lo que no podía ocurrir ha ocurrido: Detroit se declara en Bancarrota. Como simbolo del desarrollismo exacerbado, de la cultura automovilística, de la producción y el consumo en serie, debería hacernos reflexionar y celebrar que Barcelona haya envejecido tan bien gracias a sus gobiernos municipales socialistas. Detroit no ha sabido integrarse en el posfordismo y su caída debe hacernos conscientes de que en esta vida nada es seguro, ni siquiera algo tan aceptado, incluso entre algunos socialistas, como el sistema capitalista. El modelo que representan Nueva York o Londres, estandartes de la economía financiera frente a la real, la productiva, bien pudiera venirse definitivamente abajo, tambaleante como está hoy en día. ¿Imposible?. En 1950, también lo era que Detroit dijera basta.

jueves, 18 de julio de 2013

A Don Francisco López de los Cobos, Presidente del Tribunal Constitucional

Si el Presidente del Tribunal Constitucional, fuera quien fuese, no pudiera acreditar una absoluta imparcialidad en los procesos en los que intervenga, es de sentido común que no acceda o no continúe en el cargo, si ya hubiera accedido a él. ¿Qué podría empañar esta imparcialidad que, como al valor en los soldados, se le supone?. Una afiliación política, digamos por ejemplo, el pago de las cuotas correspondientes a los años 2008, 2009, 2010 y 2011 al Partido Popular. ¿Qué más podría hacernos dudar de su sentido de la justicia ciega?. El hecho de que lo ocultara hasta el día de hoy, cuando ha salido a la luz este dato gracias a la documentación proporcionada por el hasta hace poco tesorero relativa a una posible financiación ilegal de dicha organización. Es decir, que Don Francisco Pérez de los Cobos, Presidente del Tribunal Constitucional del Reino de España, no sólo no puede acreditar su imparcialidad para presidir tan magna institución, sino que además lo ocultó con premeditación conociendo la transgresión moral y la posible ilegalidad, según la Constitución Española y la Ley Orgánica del Poder Judicial, en la que incurría. Por todo lo anterior, sólo me queda exigir la renuncia inmediata al cargo, al que tan gravemente ha dañado desde sus posibles intereses personales.